Por Paola Pantaleón de Juárez, Autora del libro "Finanzas para mujer a la manera de Dios"
Una de las lecciones más valiosas que podemos darles a nuestros hijos y que les servirá para toda la vida es cómo manejar sus finanzas personales.
Me encanta una frase de Andy Andrews que dice «La meta no es criar hijos maravillosos, sino criar hijos que se convertirán en adultos maravillosos». Si lo analizas, no es lo mismo educar un hijo para que se porte bien cuando es niño ya sea por temor o por respeto, que educar un hijo para que al crecer, siga manifestando un buen comportamiento y buenos rasgos de carácter.
Sin importar si son preescolares o están por entrar a la universidad, nunca es tarde para invertir tiempo, así como toda la sabiduría y experiencia que hemos ganado a lo largo de nuestra vida para ayudarles y ser un escalón donde ellos puedan pararse para iniciar su propia vida y no un obstáculo que les impida avanzar.
Recuerdo que cuando era niña, durante mis vacaciones, luego de recibir algún curso para aprender nuevas habilidades, con un par de amigas preparábamos lo que fuera que habíamos aprendido, chocolates, galletas, manualidades, y salíamos a venderlo de puerta en puerta en el vecindario en que vivíamos.
También recuerdo que mi abuelo, un hombre en extremo previsor y responsable, abrió una cuenta de ahorro para cada uno de sus nietos donde mes a mes, depositaba dinero para nosotros. Cuando llegó el momento de cumplir la mayoría de edad, nos hizo entrega de la cuenta y fue muy emocionante decidir el destino que iba a darle a ese regalo tan anhelado: ¿iba a comprar algo inmediatamente o iba a ahorrar para algo mejor?
Esos recuerdos pueden parecerte simples, pero esconden grandes lecciones:
1. El trabajo duro. Cuando le enseñas a tus hijos a trabajar y trabajar duro, les estás enseñando también responsabilidad y el valor del dinero. Sea que les pagues alguna cantidad por realizar ciertos quehaceres de la casa, les ayudes a preparar artículos que pueden vender, les permitas trabajar cuando ya tienen edad adecuada, o como hizo nuestro amigo y mentor John Maxwell: les pagas 20 dólares por cada libro que leen; les estás enseñando que el trabajo es una bendición y que el fruto del trabajo duro son ingresos que deben aprender a administrar. Pero más importante aún, les estás enseñando que ellos están en control de sus acciones y que cosecharán las recompensas o consecuencias de ellas.
2. La importancia del ahorro. Ahorrar te enseña paciencia. Vivimos en un mundo donde esperamos gratificación inmediata para todo y ahorrar para un objetivo específico, el dinero que tanto les ha costado ganar, les enseñará que en la vida las cosas no necesariamente suceden en el momento que las queremos o como queremos. ¡Una gran lección!
3. Sabiduría. Enseñarles a administrar su dinero también les ayuda a entender que deben meditar sus acciones.
Quiero dejarte con algunas ideas de actividades que puedes poner en práctica con tus hijos para ayudarles a aprender el manejo de su dinero:
1. Dales una mesada. Aún si no necesitan dinero para gastar, darles una cantidad semanal limitada para que ellos administren, es una gran práctica para que aprendan que el dinero no es infinito, para que decidan si quieren gastarlo todo de una vez o poco a poco e incluso para que empiecen a llevar un presupuesto.
2. Planifiquen un fondo complementario. Un fondo complementario quiere decir que tu hijo genera o ahorra cierta cantidad y tú pones una cantidad igual para el destino que haya elegido. Esto lo puedes realizar a cualquier edad, tomando en cuenta que mientras más grande sea tu hijo la cantidad irá creciendo. Es una excelente práctica para motivarlos a trazar metas y alcanzarlas en un plazo aceptable.
3. Motívalos a ahorrar. Sea usando una alcancía o abriendo una cuenta de banco donde ellos puedan ir y hacer sus depósitos, enseñarles a ahorrar es una lección que les traerá resultados por el resto de su vida.
4. Practiquen la generosidad. Lo más gratificante de tener dinero es la posibilidad de ser generosos con otras personas. Esto puede ser, desde seleccionar juguetes en buen estado para darlos a niños con menos posibilidades o usar parte de la mesada o de sus ahorros para comprar víveres y ayudar a los más necesitados. Lo importante es que ellos estén involucrados en el proceso para que aprendan a ser generosos y agradecidos por las bendiciones que tienen.
Recuerda que tus hijos siguen tu ejemplo. El mayor legado que puedes dejar a tus generaciones es modelarles las actitudes y valores que deseamos que ellos repliquen cuando sean adultos, para que así podamos ver una Guatemala Próspera