La frase «Aquel que sonríe en una crisis es porque consigue a quién culpar» es cómica, pero realmente tiene algo de cierto. Usualmente, cuando sentimos que la crisis que atravesamos no es «nuestra culpa» experimentamos cierta sensación de paz.
Pero realmente esta actitud está equivocada. Las crisis en la vida suceden. Punto. No podemos hacer nada al respecto, ni culpar a alguien. Hay épocas buenas, épocas excelentes, momentos y experiencias que quisiéramos que duraran toda la vida, pero también están esos tiempos de crisis que pondrán a prueba hasta la esencia misma de lo que somos.
No podemos hacer nada ante lo que la vida nos presenta, pero sí podemos tomar control de las situaciones y decidir cuál será nuestra actitud para enfrentarlas. ¿Nos ahogaremos en la tormenta? ¿Permitiremos que un fracaso nos convierta en personas amargadas? ¿O decidiremos aprender, renovarnos y resurgir mejores que antes de la crisis? La decisión es nuestra.
John Maxwell nos propone cinco claves para manejar la crisis con una actitud confiada:
1. Definamos las posibilidades: no nos enfoquemos en lo negativo, pensemos en las opciones de bien que hay frente a nosotros. Todas las excelentes ideas han surgido por la necesidad de resolver problemas. Puede que esta sea la oportunidad de darle forma a tu emprendimiento o aprender algo que siempre quisiste y no encontrabas el tiempo para hacerlo.
2. Actuemos rápidamente: no procrastinemos, no actuemos evasivamente y no perdamos el tiempo. El día tiene 24 horas y cuando se van, no vuelven jamás, así que aprovechemos cada minuto.
3. Simplifiquemos la situación y no permitamos que nuestras emociones tomen control: si lo permitimos, lo que sentimos puede llevarnos a experimentar por adelantado situaciones que a lo mejor nunca sucedan. Debemos dominar nuestra mente y alma; tomemos el control y decidamos concentrarnos en lo bueno.
4. Decidamos tomar acción, un paso a la vez: Roma no se construyó en un día. Todos los buenos proyectos toman tiempo y requieren esfuerzo.
5. Hagamos lo correcto, no lo que es más sencillo: lo que vale la pena es cuesta arriba. La disciplina de actuar correctamente no es fácil de asumir, más aún cuando la actitud en general de quienes nos rodean es de egoísmo y poco esfuerzo, pero ser consistentes en actuar con responsabilidad nos llevará a obtener grandes resultados.
Recordemos que la vida es un regalo y debemos esforzarnos por aprovecharla de tal forma que cuando lleguemos al final podamos ver atrás sin remordimiento. Incluso en medio de una crisis, vivamos confiados para dar lo mejor de nosotros y aprovechar cada oportunidad al máximo.
Por Paola Pantaleón de Juárez