La confiabilidad indica que nuestro comportamiento y desempeño son predecibles. Hemos construido una reputación de hacer lo que decimos que haremos cuando dijimos que lo haríamos. Algunas veces, cuando tenemos dificultad para cumplir nuestros compromisos, es porque fallamos en priorizar nuestras obligaciones.
La confiabilidad es más importante que el intelecto o talento. Si podemos hacer algo bien pero no somos confiables, las personas nos perderán la confianza. Una vez se pierde la confianza, buscarán a alguien más que les asista. La confiabilidad simplemente significa cumplir las expectativas y ser responsable. Algunas veces esto implica hacer cosas que son inconvenientes o sacrificios personales.
Si deseas mejorar la calidad de tus relaciones, debes ser confiable. Pero no solo eso, también debes aprender a confiar en los demás. Este es el factor esencial para el crecimiento y el éxito en toda relación. Si eres confiable, eliminarás el estrés, la frustración y el cansancio que se dan cuando nos comprometemos a más de lo que podemos hacer y al final, no cumplimos. Es mejor prometer menos y cumplir más. Esto no quiere decir que bajes tu productividad.
Establece buenos límites y sé leal. Pero sobre todo, cumple tu palabra. Sé una persona consistente, inicia con aquellos a los que tienes más cerca y hazlo una regla de vida. Verás cómo tus éxitos se catapultan, en el área personal y profesional, al convertirte en una persona confiable.
Las personas confiables cuidan los detalles, establecen prioridades. ¿Qué es lo que has estado haciendo al azar, sin tener una agenda con prioridades establecidas? Aún el ir al doctor o al supermercado, debe estar en tu agenda.
Una vez alguien dijo, una buena reputación se construye durante toda una vida, pero basta un segundo para perderla. La manera más fácil de perder esta buena reputación es si perdemos la confiabilidad. Decide hoy tomar las riendas de tu vida y atrévete a trabajar en tu congruencia.