¿Qué tal si hablamos sobre el poder de nuestros pensamientos? Todos los días entablamos conversaciones con distintas personas, pero hay una conversación que tenemos diariamente, durante todo el día, aunque muchos no estamos conscientes de ello. Esa conversación es lo que nos decimos a nosotros mismos y es la más importante que sostenemos en nuestra vida, pues lo que nos digamos puede ser el obstáculo que nos impida seguir adelante o el motor que nos impulse en todo lo que hagamos.
Nuestros pensamientos moldean nuestras acciones y siempre tienen la razón. Me refiero a que si tú crees que no eres capaz de hacer algo, estás en lo correcto; y si crees que eres capaz de lograr ese algo, también estás en lo correcto. Eso se volverá un ciclo que puede ser vicioso o virtuoso. Está comprobado que la distancia más grande para lograr el éxito está en cómo piensan las personas. Si quieres convertirte en una persona exitosa, es indispensable que cambies tu forma de pensar.
John Maxwell dice en su libro «Cómo las personas exitosas piensan»: “En lo que se refiere al éxito, las personas no son medidas en pulgadas, libras, títulos universitarios o trasfondo familiar; las personas son medidas por el tamaño de su pensamiento”.
No sé cuál sea tu situación el día de hoy respecto a lo que piensas y la conversación que mantienes contigo, pero sí sé que este es el momento perfecto para hacer un cambio. En medio de esta pandemia que afecta al mundo entero, nadie más que tú puede decidir en qué enfocarte. ¿Concentrarás tu atención y tus pensamientos en todo lo que no puedes hacer y en cómo esta situación nos afecta? O bien ¿decidirás enfocarte en todo lo bueno que puede salir de esto, en las bendiciones que tienes y en las nuevas ideas que se te están ocurriendo al ver las nuevas necesidades que surgen? Es una decisión que solo tú puedes tomar, aunque afectará a todo tu entorno.
Quiero compartir contigo tres consejos prácticos para enfocar tus pensamientos de la manera correcta y cambiar tu conversación interna:
1. Separa lo que no puedes controlar de lo que sí
2. Mantén un corazón agradecido
3. Decide intencionalmente en qué pensar
Recuerda, eres lo que piensas.
Por Paola Pantaleón de Juárez