La confianza, por definición, es la certeza que una persona tiene que algo suceda o que funcione de una manera determinada. También se dice que la confianza tiene que ver con las expectativas que se han creado, satisfacer estas expectativas. Por ello, cuando una persona ofrece un producto o una entrega, hasta en determinado tiempo, la contraparte, la otra persona, asume que va a entregarlo en ese tiempo.
Cuando no se entrega en el tiempo establecido, se genera una pérdida de confianza, cuando se cumple con la fecha estipulada, se gana confianza, se mantiene esa confianza. La repetición es la base de la reputación. Una persona que continuamente está cumpliendo las expectativas que se han establecido, va ganando confianza. Una persona que continuamente falla en las expectativas, definitivamente pierde total confianza.
Pero hay un elemento intermedio y es cuando una persona que a veces cumple con la expectativa y a veces no cumple. Es decir, a veces queda bien y a veces queda mal. Entonces, esa persona no es digna de confianza.
Una persona que gana confianza cumple de manera continua, de manera constante, de manera coherente con la expectativa que se ha puesto.
Si una persona dice, le entrego este trabajo en un día, dos o tres días y lo cumple, esa persona va ganando confianza. Muchas veces tememos a la respuesta de entregar algo y asumimos y damos una respuesta de entrega antes, sabiendo que no lo vamos a poder entregar. Esto es perjudicial con la construcción de la confianza.
Las personas debemos de situar la expectativa correcta y debemos sobrepasar esa expectativa, pero al no llenar esa expectativa, generamos desconfianza.
La confianza es la base de la riqueza, es la base de la generación de mayores oportunidades. Una persona que continuamente queda bien, que continuamente goza de confianza, le serán otorgadas nuevas responsabilidades y normalmente van a ser oportunidades de crecimiento.
Una persona que no cumple con lo que promete, normalmente no se le estarán dando mejores y mayores oportunidades. Es por ello que debemos de tener cuidado en nuestra construcción de confianza. La confianza es una habilidad básica de liderazgo. Un verdadero líder, un verdadero influenciador en las personas, debe de crear una base de confianza que las personas puedan comprobar.
Cuando una persona tiene un grado de confianza pleno, es referido por otras personas, su fama crece, su reputación crece. Recuerde, su repetición se convierte en su reputación. Es a través de esa repetición constante, consistente y coherente que usted obtiene la confianza de las personas a su alrededor.
Cuando usted falle en alguna entrega o tiempo, debe disculparse, debe asumir su responsabilidad y debe evitar a toda costa volver a quedar mal con esa persona, porque eso podría afectar de manera significativa su reputación.
Una persona que es digna de confianza generará mayores referencias para crecer, para desarrollarse aún más. Una persona que no es digna de confianza seguramente quedará estancada en el desarrollo de su vida y de su liderazgo.
Por Ing. Anner Mejía, Director General Grupo Misol
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