¿Sabías que la persona que más tiempo ha podido pasar sin comer ha sido un preso político en Irlanda del Norte, en 1981? Hizo huelga de hambre durante más de 73 días. ¿Sabes cuántos días podemos pasar sin tomar agua? Lo más que alguien ha soportado han sido 12 días, pero la mayoría de personas muere después de 5 días.
Tomar alimentos y agua es vital para nuestro cuerpo porque son el ¨combustible¨ que necesitan nuestros órganos para funcionar. ¿A dónde quiero llegar con estas cifras? Te tengo una pregunta: ¿Sabes cuánto tiempo puede sobrevivir un ser humano sin ESPERANZA? ¡Ni un solo segundo!
Según Helen Keller: “La esperanza ve lo invisible, siente lo intangible y logra lo imposible”. Y comparto esa definición, porque en la esperanza se centra, indiscutiblemente, nuestra visión del futuro. Es lo que nos mantiene de pie, independientemente de las circunstancias, convencidos de que saldremos adelante, que encontraremos esa puerta o ventana de oportunidad para ser más, para estar mejor y encontrar lo que estamos buscando.
La fe es el fundamento de la esperanza. En esas circunstancias en las que ya hicimos lo humanamente posible, cuando ya nadie más puede intervenir, nuestra mirada debe voltearse hacia arriba. Los seres humanos somos capaces de levantarnos, a pesar de las dificultades, y dar lo mejor de nosotros, agradecidos por la oportunidad de superarnos. Y aquí encontramos otro factor vital cuando hablamos de esperanza: un corazón agradecido que reconoce todo lo positivo a su alrededor. Podríamos decir que la esperanza es el foco y el corazón agradecido la electricidad que lo enciende.
Las personas que transmiten esperanza:
• son positivas
• no dan cabida a la frustración
• se enfocan en su potencial
• creen en las soluciones.
Así que, como paso de acción, te quiero dejar con unas preguntas que te ayudarán a restablecer la esperanza en tu vida en medio de la crisis que enfrentamos:
1. ¿Cuál es tu motivación? ¿Qué te mueve e impulsa cada día?
2. ¿Qué piensas al levantarte por las mañanas? ¿Cómo crees que puedes mejorar ese pensamiento?
Por Yazmín Di Maio