La mayoría de personas se enfocan demasiado en competir y muy poco en carácter. ¿Con qué frecuencia un empleado no cumple en la fecha límite porque no le dio seguimiento cuando debió hacerlo? ¿Cuántas veces los estudiantes obtienen calificaciones más bajas en los exámenes porque no estudiaron como debieron hacerlo? ¿Con qué frecuencia las personas fracasan en su crecimiento porque no tuvieron tiempo para leer libros útiles, sino que dedicaron su tiempo en algo que no valía la pena? Todas estas deficiencias son el resultado de carácter, no capacidad. El crecimiento de carácter determina la altura de su crecimiento personal. Esa es la Ley de la Escalera.
Algunas personas parecen hacer todo lo correcto por fuera, pero no han experimentado el éxito. Cuando eso sucede, generalmente significa que hay algo incorrecto por dentro y que se debe cambiar. Las palabras correctas expresadas con pensamientos interiores incorrectos no tendrán como resultado el éxito duradero. Nosotros no podemos determinar qué nos va a suceder, pero sí podemos determinar qué sucede dentro de nosotros. Cuando fallamos en tomar las decisiones correctas dentro de nosotros, regalamos la propiedad de nosotros mismos a otra persona.
Para trabajar en tu carácter, ten como prioridad practicar la regla de oro: hacer a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti. Dedica tiempo para servir a otros, sé intencional en tus relaciones interpersonales. Realiza tareas difíciles que te beneficiarán. Cada vez que haces lo correcto, tu carácter se fortalece.
Te verán entonces como una persona que hace lo que dijo que hará. Pondrás tu integridad ante la ganancia personal. Serás una persona a la que le importen otros, con un corazón que se preocupa por la gente. Sé intencional en crecer, verás grandes resultados.
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