Por Evelyn y Ricky Chacón, Fundadores del Movimiento “Papás a prueba de todo”
Cuando nos casamos, nos volvemos una sociedad, un pacto que es indisoluble. Al casarnos, nos complementamos, cada parte aporta lo que tiene y nos volvemos más fuertes. Génesis 2,24
Al dejar padre y madre nos volemos en un solo cuerpo, no solamente físicamente sino como espíritu, alma y todo lo que hacemos como matrimonio. La ley de la sociedad nos da la clave: impregna cada área de la vida que establece la confianza y la intimidad en la relación.
Una relación de matrimonio que no tiene eso, es imposible que pueda desarrollarse.
Si nosotros cumplimos esta ley, vamos a experimentar una profunda y significativa unidad en el vínculo del matrimonio. Si no lo hacemos, por mínimo que sea, el daño a la confianza y la intimidad de la relación será dañada seriamente.
“El Matrimonio es unidad completa, donde todas las cosas que antes eran de propiedad y administración individual ahora son de propiedad y administración conjunta “. No hay excepción.
Si alguno de los dos, no está dispuesto a fusionar en el matrimonio, este cónyuge está infringiendo la ley de la sociedad y violando los derechos del otro cónyuge.
Para entender el significado completo del diseño para la unidad matrimonial debemos leer 1a. Corintios 7.3,4 donde leemos a detalle lo que Pablo escribió acerca del sexo y el pacto matrimonial.
Nos despojamos del individualismo como persona y lo ponemos a disposición de nuestro cónyuge, trabajando la confianza y la comunicación, dejando las cosas claras de lo que nos estamos comprometiendo como matrimonio.
La pregunta esencial es: ¿puedo confiar en esta persona en todas las áreas de mi vida?
Y si no es afirmativa la respuesta, tendremos dificultad para entregarnos por completo a esa persona y nos sentiremos abusados en algún momento por esa persona.
• Un aspecto muy importante y que influye mucho, es cómo fuimos criados, quizás tuvimos un mal modelo en casa o una mala experiencia pues esto es difícil que se dé, de forma natural, tenemos que hacerlo intencional, porque si no, por naturaleza humana tenderemos al egoísmo: en querer tener todo lo que somos y lo que tenemos.
• Tener malos asesores: hay que tener cuidado con los “amigos” o asesores que tenemos, porque no necesariamente actúen con mala intención, pero seguramente no siempre conocerán de este modelo.
La Biblia dice: “en la multitud de consejo se da la victoria”. Cuando tenemos buenos consejeros, encontramos la sabiduría
Tenemos que aprender a diferenciar un consejo de una opinión, saber elegir a la persona idónea para que nos dé un buen consejo y ser honestos en no elegir a la persona que siempre nos diga lo que queremos escuchar o nos convenga más.
Teniendo este tipo de conversaciones con su cónyuge podrá sanar, entenderse y ser más empáticos en cada área.
“Si hay pecado en su vida, no solo pida perdón sino deshágase de eso, haga algo al respecto, por el pecado es mortal en cualquier relación “
“El que se arrepiente y se aparta obtiene misericordia, mas el que encubre su pecado no prosperará.” Proverbios 28,13
El pecado siempre traerá consecuencias negativas a corto, mediano o largo plazo.
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