Hace unos años cuando iniciaba mi vida laboral, resonaban en mi cabeza las palabras de un catedrático de la universidad: “Sean responsables, jóvenes, en el trabajo no hay quién esté detrás de ustedes y lo que pondrán en juego no es una nota, sino su trabajo”. ¡Qué razón tenía!
Existen varias definiciones de responsabilidad, pero hay una en particular que me parece muy clara. Es de un autor anónimo: “Una persona se caracteriza por su responsabilidad porque tiene la virtud, no solo de tomar decisiones conscientemente, sino también de asumir las consecuencias que dichas decisiones impliquen, y responder por esas consecuencias delante de quien corresponda, en cada momento”.
La responsabilidad se vive en todas partes, es decir que es integral. No podemos ser responsables en el trabajo pero en la casa no, o cumplir con las políticas de un club social, pero que no nos importen la leyes del país o las normas de gobierno. Ser responsables siempre nos brinda beneficios:
1. En el trabajo, otros reconocerán que somos confiables y buscarán que seamos parte de su equipo.
2. Construiremos un buen nombre y buena imagen.
3. Nuestro círculo de influencia crecerá porque nos identificarán como alguien con voluntad y carácter.
4. Creceremos como personas porque tendremos la madurez para aceptar nuestros errores y aprenderemos de esas experiencias.
Ponte como meta en esta semana ser intencional en fortalecer tu responsabilidad en las diferentes actividades que realizas. Estoy seguro de que te darás cuenta que tu rendimiento mejorará, además, tu confianza e influencia delante de los demás aumentarán. ¿En qué áreas de tu vida crees que podrías mejorar tu responsabilidad?
Por Eduardo Magermans
Comentários