Por Jazmine Furlán, Junta Directiva Guatemala Próspera
¿Recuerdas lo que descubrimos la semana pasada?
A ver, recapitulemos…
La buena actitud es mucho más que el copy, paste, forward de frases y textos bonitos. Es la mezcla de varios ingredientes que forman nuestro carácter y construyen a esas personas de solidarias, respetuosas, optimistas y proactivas que nuestro país y que nuestra generación necesita.
Hablamos de la vulnerabilidad de reconocer nuestra situación y emociones, pues nuestra vida no es perfecta y no es cierto que siempre tenemos todo bajo control. También hablamos sobre la paciencia y la espera como regalos divinos que nos preparan para cosechar abundantes frutos. Y el tercer ingrediente del que hablamos fue del entorno que nos influye y en el que también somos de influencia.
¿Qué te parece si vamos directo al cuarto ingrediente?
¡Muy bien! El cuarto ingrediente de la buena actitud es superar el pasado, el ayer. Si quieres tener una buena actitud hoy, si quieres alcanzar tus metas, todos tus grandes sueños y anhelos, no puedes refundir tu pasado en tu mochila de viaje, no puedes llevarlo en tu cartera, no puedes esconderlo debajo de la calceta antes de ponerte los tenis. Sacúdetelo, despójate, déjalo, regálalo, pisotéalo, has lo que tengas que hacer, pero por favor no lo traigas contigo a esta nueva temporada de tu vida. ¡El ayer ya pasó!
Necesitarás todo tu corazón, toda tu mente y todas tus energías para los grandes proyectos que te están esperando, para los grandes propósitos que tienes frente a ti. No podemos ver hacia atrás y hacia adelante al mismo tiempo, no podemos caminar para adelante y para atrás al mismo tiempo. Decide, hoy, hacia dónde quieres caminar, hacia dónde enfocarás tu mirada. Decide hoy, ¿permitirás que te jale el pasado o mejor permitirás que tus experiencias te impulsen hacia el futuro? No siempre será una decisión fácil, pero siempre será la mejor decisión para ti.
¡En tu mente y en tu corazón, decide hoy y todos los días avanzar, avanzar y avanzar! Luego de la experiencia dolorosa que te platiqué, dejar el pasado atrás ha sido una medicina que tomo todos los días para gozar de un corazón fuerte, saludable y lleno de gozo en el aquí y el ahora. Estoy segura de que también será lo mejor para mis días por delante. Lo que pueda lograr, los sueños que pueda realizar serán fruto de la decisión de dejar mi pasado atrás de una vez por todas. Una persona que aprecio y admiro mucho me dijo: “Entierra tu pasado y NO le lleves flores”. Es lo mismo que te digo con mucho cariño.
Todos los ingredientes son importantísimos, pero el quinto, este que sigue es EL ingrediente; ninguno puede faltar, pero este…este es demasiado importante: El perdón. Definitivamente nunca podrás tener una buena actitud si no perdonas. Quizá durante un tiempo puedas sostener la sonrisa, tratar de ser amable e intentar enfocarte en la vida que siempre has soñado, pero si no perdonas, muy pronto, más temprano que tarde, caerás en una espiral de hábitos y conductas que según tú ya habías superado. Para mí no ha sido sencillo. El recurso de quejarnos, defendernos, culpar a otros, señalar, victimizarnos, justificarnos está tan a la mano que lo usamos a veces sin darnos cuenta. Nos encerramos en una trinchera defendiendo nuestra posición, pero esa actitud a la defensiva solo nos bloquea. Es tentador y común, pero no funciona.
Yo trato de verlo así: Todas estas actitudes de victimización, queja y señalamiento son MUY FÁCILES, muy de todo el mundo, muy de nadar con la corriente. Si decidimos lanzar flechas al corazón de quien nos ofendió, esas flechas serán como un bumerang que terminará lastimándonos a nosotros, nos debilitarán muchísimo, aunque parezcamos muy fuertes, pero realmente no lo somos. Al contrario, si decimos tomar el camino menos transitado, si decidimos hacer lo menos común y nadar contra la corriente, si decidimos que de nuestra boca no salgan sapos y culebras, si decidimos dejar pasar la ofensa y perdonar, si decidimos no permitir que el rencor y el resentimiento echen raíces en nuestro corazón, entonces seremos libres, experimentaremos la paz más grande que alguna vez hayamos sentido. ¡Vamos! Inténtalo, valdrá la pena, te lo aseguro.
En nuestra receta de buena actitud, como en la de galletas chocochips, no pueden faltar las chispas de chocolate…así que el sexto y último ingrediente, aunque no el menos importante, es el agradecimiento. Sin agradecimiento no puede haber buena actitud. He aprendido que, en los días de fuertes tormentas, el agradecimiento cambia tu mirada del gris al arcoíris. He aprendido que el agradecimiento hace que la vida se vea más linda, por muy dura que sea la situación que enfrentamos. He descubierto que el agradecimiento provoca que hermosas sorpresas lleguen a mi vida, de hecho, provoca que la nada se convierta en un todo colmado de bendición. El agradecimiento hace que hasta el sabor de tu comida sea delicioso en cada bocado, hace que tu reposo por las noches sea profundo y reparador. El agradecimiento nos rodea de lindas amistades, el agradecimiento llama, atrae la ayuda que tanto necesitamos, nos pone en el lugar correcto, en el momento preciso. El agradecimiento llena de luz, color, sabor y paz tu vida. Más que chispas de chocolate, ¡el agradecimiento es una bola de helado de vainilla sobre tu galleta de chispas de chocolate!
Recuerda que la buena actitud es la mezcla de la medida correcta de estos seis ingredientes. No omitas ninguno, porque el resultado no será el mismo.
Si tuviera que elegir mi ingrediente favorito, definitivamente NO PODRÍA HACERLO porque todos son esenciales e importantes.
No quiero despedirme sin antes compartirte uno de los regalos más lindos que la vida me ha regalado…
Te abro mi corazón al decirte que amo los golpes que causaron esas heridas que ahora son mis cicatrices, porque me permiten ver dolores y golpes en otros corazones. Entonces puedo extender mis brazos de inmediato y abrazarlos, cuidar de ellos y vendar esas heridas ¡que se parecen tanto a las mías!
Creo que esa es la esencia de una buena actitud.
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