Hace poco, tuve la oportunidad de preguntarle a una madre, por qué seguía con su pareja si la estaba maltratando, física y psicológicamente, y su respuesta fue: “Lo tengo que aguantar porque sin él no sé qué hacer y no sé qué sería de mí.” Mi respuesta fue: “¡Yo sí sé qué sería de ti! Serías una mujer plena y feliz, trabajarías con gozo y paz para darle de comer a tus hijos; sobre todo, tu vida se llenaría de tranquilidad y armonía para ellos. Muchas veces las mujeres olvidan su valor por codependencia emocional y económica, por inseguridad, o simplemente por miedo.
Hoy quisiera darte algunas ideas sobre cómo superar una separación y sacar adelante a tus hijos, los dueños de esos ojitos tiernos que te ofrecen las miradas más sinceras.
1. Perdónate: Acepta tu realidad; nadie es perfecto, todos cometemos errores. Si te aferres al enojo, resentimiento o culpa, nunca podrás sanar verdaderamente las heridas. Para lograrlo es necesario liberarte del equipaje emocional del dolor, lo que te permitirá vivir sin asuntos pendientes y reiniciar tu camino.
2. Trabaja en tu autoestima: Ámate primero para que te amen bien. Debes ser radical con tu autoestima. El escritor Walter Riso dice: "La autoestima es la aceptación incondicional de uno mismo, para no renunciar al propio ser." No renuncies a ti misma.
3. Se tú el ejemplo para tus hijos: Recuerda que los hijos son una esponjita que absorbe todo. Así como trabajas diariamente para alimentarlos, también debes trabajar para que tus hijos tengan alimento emocional saludable.
4. No caigas en chantajes emocionales: La manipulación solo te demuestra la inseguridad y la falta de autoestima de la otra persona. “Es preferible una soledad digna y sin conflicto, que una relación incompleta en la que la carencia manda” aconseja Walter Riso. No trates de cambiar a tu pareja, porque no cambiará, a menos que él así lo decida.
5. Debes poner límites: Los límites definen lo que soy y lo que no soy. Las personas que ponen límites manifiestan dominio propio y responsabilidad de sí mismos. Seamos claras en nuestro no, y en nuestro sí. Permite que los demás entiendan que eres una persona independiente y que nadie tiene el control sobre tu ser.
Finalmente, te dejo esta reflexión: “¡Quédate con quien te suma, no con quien te resta!”
Por Verónica Chávez